¿Y ahora qué gafas me pongo?

«Como odio los becados que dejan su blog a medias» — Nacho. 

Y voy y dejo mi blog a medias. Si es que es para pegarme. Bueno, como mi opinión sobre dejar cosas a la mitad no ha cambiado ni una pizca, vengo a finalizar lo que un día empecé: mi historia.

La última entrada data de Abril (casi prehistórica, lo sé), lo cual significa que me quedé sin contaros sobre mis meses de Mayo y Junio en el true north. Sin embargo, contaros sobre estos meses no es el cometido de esta entrada. O sea, podría pero no le veo el sentido. Hoy más bien vengo a hablaros de los meses que siguieron a mi experiencia.

Tras un verano lleno de viajes a Madrid, Barcelona, León, Portugal (donde me encuentro actualmente), etc. al fin he tenido un poco de tranquilidad y de tiempo para mí mismo y para pensar. Pese a que hoy es mi sexagésimo segundo día en España, parece ayer cuando volví.

No miento al decir que volver de Canadá ha sido una de las cosas más duras que he hecho en mi vida. Dejar atrás una vida que adoraba, unos amigos que me querían y una familia que me trataba como un hijo más fue bastante difícil. Por supuesto que tengo familia y amigos en España, y muy buenos, pero el hecho de no saber cuándo podré volver a ver a toda la gente que he conocido durante estos 10 meses me mata. Decir adiós a la etapa más feliz de mi vida, y no solo me refiero a los 10 meses en Canadá sino a la beca en general, no fue moco de pavo tampoco. He conocido gente maravillosa gracias a todo esto, y me parece casi imposible que mi experiencia haya finalizado ya.

Aún sigo acostumbrándome a la vida en España, pero creo que jamas volveré a verlo todo del mismo modo. Seguiré extrañándome al ver que la gente no dice «thank you» al bajar del autobús, o cuando no me digan «sorry» al chocarse conmigo por la calle, o incluso cuando no me hagan chistes sobre mi nombre. En estos momentos me viene a la mente una de las dinámicas que hicimos en las orientaciones, «la de las gafas». Lo que la dinámica venía a decir es que al empezar este viaje tenemos gafas azules que equivalen al punto de vista español, sin embargo, al llegar a Canadá tenemos que ponernos las gafas de color amarillo, el punto de vista de allí. Tras dos meses en España, pienso que mi vista nunca volverá a ser la adecuada para este país, que siempre quedará ese resto de mí que sienta que no encaja. Ya nos advirtieron de esto, pero jamás pensé que sería verdad.

Supongo que con el tiempo mejorará, pero de momento me siento como un extraterrestre vagando por la Tierra, todavía averiguando cómo sobrevivir a esto. Y mientras mi cuerpo se encuentra aquí, mi mente está… no sé muy bien dónde está. Digamos, que no aquí.

Otro motivo por el que escribo esta entrada es la fecha: 31 de Agosto. Eso significa que hace justo un año desde que esta aventura dio su pistoletazo de salida. Hoy hace un año que dejé atrás mi familia y amigos, que decidí salir de mi zona de confort y aventurarme a lo desconocido. Hace un año estaba en Madrid, con el resto de los becados de mi edición, pasando nuestra última noche en España antes de irnos. Recuerdo que los nervios eran muchísimos, había dormido poquísimo, y la cuenta atrás me estaba matando, quería que todo acabase y mi aventura empezase de una vez. Hoy, un año más tarde, los becados de la siguiente edición se encuentran ya allí, cumpliendo lo que hace un año era mi sueño. Y sinceramente, me dan tanta envidia, quién pudiese hacer retroceder las manecillas del reloj, parar el tiempo y decirme a mí mismo

«Disfruta, Nacho.»

 

 

 

Deja un comentario