¿Y ahora qué gafas me pongo?

«Como odio los becados que dejan su blog a medias» — Nacho. 

Y voy y dejo mi blog a medias. Si es que es para pegarme. Bueno, como mi opinión sobre dejar cosas a la mitad no ha cambiado ni una pizca, vengo a finalizar lo que un día empecé: mi historia.

La última entrada data de Abril (casi prehistórica, lo sé), lo cual significa que me quedé sin contaros sobre mis meses de Mayo y Junio en el true north. Sin embargo, contaros sobre estos meses no es el cometido de esta entrada. O sea, podría pero no le veo el sentido. Hoy más bien vengo a hablaros de los meses que siguieron a mi experiencia.

Tras un verano lleno de viajes a Madrid, Barcelona, León, Portugal (donde me encuentro actualmente), etc. al fin he tenido un poco de tranquilidad y de tiempo para mí mismo y para pensar. Pese a que hoy es mi sexagésimo segundo día en España, parece ayer cuando volví.

No miento al decir que volver de Canadá ha sido una de las cosas más duras que he hecho en mi vida. Dejar atrás una vida que adoraba, unos amigos que me querían y una familia que me trataba como un hijo más fue bastante difícil. Por supuesto que tengo familia y amigos en España, y muy buenos, pero el hecho de no saber cuándo podré volver a ver a toda la gente que he conocido durante estos 10 meses me mata. Decir adiós a la etapa más feliz de mi vida, y no solo me refiero a los 10 meses en Canadá sino a la beca en general, no fue moco de pavo tampoco. He conocido gente maravillosa gracias a todo esto, y me parece casi imposible que mi experiencia haya finalizado ya.

Aún sigo acostumbrándome a la vida en España, pero creo que jamas volveré a verlo todo del mismo modo. Seguiré extrañándome al ver que la gente no dice «thank you» al bajar del autobús, o cuando no me digan «sorry» al chocarse conmigo por la calle, o incluso cuando no me hagan chistes sobre mi nombre. En estos momentos me viene a la mente una de las dinámicas que hicimos en las orientaciones, «la de las gafas». Lo que la dinámica venía a decir es que al empezar este viaje tenemos gafas azules que equivalen al punto de vista español, sin embargo, al llegar a Canadá tenemos que ponernos las gafas de color amarillo, el punto de vista de allí. Tras dos meses en España, pienso que mi vista nunca volverá a ser la adecuada para este país, que siempre quedará ese resto de mí que sienta que no encaja. Ya nos advirtieron de esto, pero jamás pensé que sería verdad.

Supongo que con el tiempo mejorará, pero de momento me siento como un extraterrestre vagando por la Tierra, todavía averiguando cómo sobrevivir a esto. Y mientras mi cuerpo se encuentra aquí, mi mente está… no sé muy bien dónde está. Digamos, que no aquí.

Otro motivo por el que escribo esta entrada es la fecha: 31 de Agosto. Eso significa que hace justo un año desde que esta aventura dio su pistoletazo de salida. Hoy hace un año que dejé atrás mi familia y amigos, que decidí salir de mi zona de confort y aventurarme a lo desconocido. Hace un año estaba en Madrid, con el resto de los becados de mi edición, pasando nuestra última noche en España antes de irnos. Recuerdo que los nervios eran muchísimos, había dormido poquísimo, y la cuenta atrás me estaba matando, quería que todo acabase y mi aventura empezase de una vez. Hoy, un año más tarde, los becados de la siguiente edición se encuentran ya allí, cumpliendo lo que hace un año era mi sueño. Y sinceramente, me dan tanta envidia, quién pudiese hacer retroceder las manecillas del reloj, parar el tiempo y decirme a mí mismo

«Disfruta, Nacho.»

 

 

 

Spring Break: Visita de Lucilú, Port Renfrew y viaje a las Rockies (+210).

¡Hola gente! Siento mucho la irregularidad de publicación de entradas, pero sinceramente, prefiero escribir una entrada al mes que esté escrita con ganas y en condiciones, que muchas escritas a desgana. En fin, centrándonos en el tema, vengo a poneros al día desde la última publicación: el mes de Marzo. La mayoría del mes de Marzo me lo pasé de vacaciones en Spring Break. Y bien, ¿qué hice durante Spring Break? ¿Estáis preparados? ¡Coooooooomencemos!

Spring Break empezó el día 10 de Marzo y acabó el 26, con lo cual estamos hablando de más de 2 semanas de vacaciones, ojo. Sinceramente, no tengo muy clara la línea del tiempo de los acontecimientos, así que puede que cuente los hechos en desorden, pero bueno.

El primer fin de semana, mi host-mom, host-sister y yo aprovechamos para escaparnos a Victoria a visitar Craigderroch Castle; un castillo construido por una familia de inmigrantes escoceses hace más de un siglo.

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A la semana siguiente, Lucilú se vino a mi casa a dormir un día. Un día se acabó convirtiendo en dos, y dos en tres. En fin, que casi la adoptamos sin rescate a la pobre. Entre otras cosas, fuimos a Beacon Hill Park en Victoria, que con la primavera estaba bastante bonito la verdad. Aquello fue un plan improvisado, de hecho nuestra primera intención era ir a la piscina de Victoria pero estaba cerrada; así que para no desaprovechar la hora y media de coche, pues allá que nos fuimos, y tan contentos vaya. Allí descubrí que Lucilú le tiene miedo a los pájaros así que, qué mejor plan para el día siguiente que irnos al centro de protección de aves de Duncan (¡yay!). Aparte de eso, hicimos una tortilla de patatas, jugamos como unas 4-5 partidas de Monopoly en las que siempre ganaba yo (okno), y cosas muy tiparracas.

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Después de la visita de Lucilú, mi familia y yo decidimos ir a Port Renfrew, una playa a 45 minutos de mi pueblo, en la costa oeste de la isla. Sinceramente, tenía muchas ganas de visitar el océano tras 6 meses, y el paisaje no decepcionó.

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Parece mentira la variedad de escenarios que puedes encontrarte en este país con tan solo coger el coche y conducir una hora. Si estáis pensando en las playas de España con duchas para quitarte la arena, y vigilantes leyendo revistas, olvidaos. Aquí las playas son mucho más «wild» que dicen ellos. Según el diccionario «wild» debería traducirse como salvaje, yo lo interpreto como virgen, en el sentido de que ha sido poco tocado por el ser humano. La playa estaba en una especie de bahía completamente abierta al océano, con una marea increíble. Sin duda, las vistas merecían un carrete o dos, y el día más soleado no podía ser; al menos hasta que llegamos allí. ¿Os acordáis cómo he dicho que el paisaje no decepcionó? Pues el día sí. Totalmente soleado y despejado al salir de casa, chispeando y con un viento que ni el lobo de los 3 cerditos en un mal día; el clima de Canadá nunca dejará de sorprenderme. Y es que como dice mi host-mom, con más razón que una santa, «aquí en Canadá el tiempo tiene algo bueno, ¿que no te gusta? reza con todas tus fuerzas y espera 5 minutos».

Finalmente, el Spring Break acabó con uno de los mejores —si no el mejor— recuerdos de toda mi experiencia en este país: el viaje a las Rockies. Llevaba esperando muchísimo por este viaje, ya que ver las Rockies (especialmente Lake Louise) había sido uno de mis sueños desde que me dieron la beca. El viaje, sin embargo, no sólo no decepciono; sino que me sorprendió. Gracias al viaje, todos los españoles del distrito hemos hecho una piña increíble —lástima que sea tan tarde :(— e incluso añadimos a dos integrantes a nuestro grupo: Asier y Nerea, dos estudiantes internacionales españoles que vinieron al viaje desde otro distrito escolar. Y bien, os voy a intentar resumir los 5 días de viaje de la forma más breve:

  • Primer día: Vancouver Island-Vancouver.

Madrugón del siglo: había que estar a las 8 (?) para coger el bus en Duncan. Nos caíamos de sueño todos. Llegamos a la terminal de ferry. Y de ahí, nos plantamos en Vancouver a las 12.

¿Primera parada? ¡Gastown! Nuestra guía —a partir de ahora pasaré a referirme a ella como Kendall Jenner, o simplemente, la Kendall; debido al extremado parecido que compartía con ella— nos dio una pequeña introducción al barrio, y nos enseñó los sitios más emblemáticos.

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De ahí caminamos al Canada Place, donde nos encontramos con Carlos Pons —un spanadian 4.0— e hicimos una actividad llamada FlyOver Canada en la que básicamente sobrevuelas todo el país virtualmente durante 10 minutos. Muy, muy recomendable, la verdad.

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La siguiente atracción que visitamos fue Stanley Park, el parque más grande de Norteamérica —que no Central Park como se piensa todo el mundo. Allí tuvimos dos horas para visitar el acuario (era bastante normal en tamaño, nada del otro mundo) y  el parque en sí.

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Después de eso, sobre las 6, volvimos al hotel para dejar nuestras cosas, y nos dejaron 4 horas libres para pasear por downtown. Obviamente, aprovechamos para hacer algunas comprillas en las mil y una tiendas que te puedes encontrar por aquellas calles, hacernos fotos posturetis con el atardecer de fondo, y visitar BC Place (el estadio de los Whitecaps, equipo de soccer de Vancouver).

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Y tachán, el primer día se había acabado, four down to go!

  • Segundo día: Vancouver-Vernon.

Adivinad qué. Los madrugones fueron el pan de cada día en este viaje. Embarcamos el viaje hacia Vernon —a unas 5 horas en coche de Vancouver— con varias paradas en el camino (Hope y Kamloops). Una vez en Vernon, nos dirigimos al Siverstar Mountain Resort, un resort de esquí donde hicimos snow tubing y outdoor skating. El primero consistía en tirarte en unos roscos por una especie de «pistas blandas» a lo largo de una cuesta gigante, mientras que el segundo era patinar afuera —sí, sí, aquí se puede patinar afuera en hielo real.

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Cuando acabamos, nos volvimos al hotel, tuvimos una serie de juegos y nos fuimos a dormir a la cama —al menos eso era lo planeado.

  • Tercer día: Vernon-Banff.

Tras dejar Vernon, nos dirigíamos a Banff, a unas 7 horas de coche. Hicimos varias paradas en Revelstoke, Golden, y Lake Louise. Cuando llegué a Lake Louise estaba muy emocionado, llevaba un año flipando porque iba a poder tener la posibilidad de visitar semejante paisaje. Fue increíble, aunque hubiese sido mejor haberlo visto cuando está descongelado, pero oye.

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Finalmente, al llegar a Banff, fuimos a la gondola —en inglés gondola significa telesillas, para todos aquellos imaginándonos en una barca— y subimos a la cima de la montaña. ¿La pena? Estaba bastante nublado, así que poco pudimos disfrutar de las vistas.

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Después de acabar con la gondola —quizás debería llamarlo telesillas— fuimos, o mejor dicho fueron porque yo no me metí, a las Hot Springs (aguas termales).

Una vez acabamos con eso, volvimos al hotel, y de ahí, a la camita.

  • Cuarto día: Banff-Golden.

Al día siguiente, los marginados (Nerea, Asier y un servidor) nos dimos otro madrugón de los buenos para ir a lo que, para mí, ha sido lo mejor del viaje: el dog sledding. Para aquellos preguntándose qué narices es esto, os lo explico de manera breve: el dog sledding consiste en agarrarte como puedas a un trineo que va a toda leche tirado por unos perretes más monos que nada. ¿Suena divertido, a que sí? Lo fue.

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A continuación, volvimos a Banff para comer, y luego acabamos el día yendo a Golden a nuestro hotel, donde tuvimos una hoguera con marshmallows, y mucho mucho salseo.

  • Quinto y último día: Golden-Vancouver Island.

Este día fue el más duro en cuanto a horas de autobús: unas 10 o así. Además, fue un día lleno de emociones: por un lado, no queríamos que se acabase porque lo estábamos pasando genial, y por otro lado teníamos que despedir a nuestros nuevos amigos Asier y Nerea que se quedaban en el camino. Con suerte, ¡volveremos a estar juntos muy pronto!

Llegamos a casa bastante tarde, y bueno, ya sabéis lo que vino después: dormir, dormir y más dormir.

Y bueno chicos, ¡esto es todo por hoy! Espero que os haya gustado, como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

 

Compassion Week, Little Qualicum Falls y mucho más (+180).

¡Hola gente! Siento muchísimo el retraso en la publicación de entradas pero sinceramente, este semestre está siendo bastante más liadillo que el primero porque tengo English y Socials a la vez. Dejando todo eso a un lado, hace un mes —justo, además— desde que subí la última entrada; así que pensé que sería buena idea poneros un poco al día de qué ha pasado en febrero.

Empecemos por el principio: la primera semana del mes no pude hacer demasiado, ya que en esa semana hubo un temporal de nieve bastante fuerte y tuvimos tres snow days. Sin embargo, ese fin de semana vino a Victoria Jorge (becado 4.0) así que hicimos una quedada para enseñarle la ciudad. Entre otras cosas, fuimos al Fisherman’s Wharf, una especie de puerto con casas de colores bastante bonitas —quería ir desde hace tiempo—; y al Hatley Castle, el castillo donde rodaron X-Men —también quería ir. Nos lo pasamos estupendamente, y cómo no, nos hicimos muchísimas fotos, abajo os dejaré unas cuantas.

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La siguiente semana, mi host-family y yo empezamos a pintar mi habitación (sí, estoy pintando mi habitación a 4 meses de irme). La verdad, es que si algo saco de esta experiencia tan pintoresca —jaja #elhumor— es que pintor es una profesión muy subestimada. Esto nos mantuvo ocupados gran parte del fin de semana, así que no pudimos hacer demasiado.

La semana del 20 al 23 (el 24 no había clase porque era un PD Day) era la Compassion Week en mi colegio. Ésta consistía de un tema cada día. El lunes fue Multicultural Day, y aunque los españoles fuésemos los únicos que llevásemos comida de nuestro país al colegio —los asiáticos son unos rancios, y el alemán es más vago que la chaqueta de un guardia— me gustó bastante poder compartir un trozo de mi cultura con otra gente —los chupachups, las galletas María y la tortilla de patatas triunfaron como los Chichos. El resto de días pasaron más desapercibidos: Spirit Day, hay que llevar los colores del colegio —azul y dorado, en mi caso—, Pink Shirt Day, todo el mundo —los de High School pasaron— lleva una camiseta rosa para mostrar rechazo al bullying; y el Acceptance Day, en el que hay que vestir de muchos colores para mostrar apoyo a la comunidad LGTB+.

Ese mismo fin de semana, el tiempo fue más agradable así que mi host-family y yo decidimos que teníamos que hacer algo, así que cogimos el coche, y con la compañía de Lucilú (becada de mi distrito) y Cheryl (una amiga de la familia) nos fuimos a las Little Qualicum Falls; que, para los que no sepáis inglés, son unas cataratas que hay en el norte —realmente, no es el norte de verdad, pero es que en el norte no hay nada— de la Isla. El sitio era una pasada, Lucilú y yo quedamos asombrados. Y por si os lo estabais preguntando, sí, hicimos mil y una fotos: aquí os dejo unas muestras del paisaje

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Y bueno, esto es todo por hoy, espero que os haya gustado la entrada; como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

P.D: Siento mucho el retraso en la publicación de entradas,  intentaré ser más regular a partir de ahora; pero no prometo nada.

 

 

 

¿Qué hay de nuevo en enero? (+150).

¡Hola gente! Siento mucho el retraso en la publicación de entradas. Si os soy sincero, últimamente no me apetecía anda sentarme y ponerme a escribir un post. Pero bueno, aquí estoy de vuelta, para poneros al día sobre mi aventura canadiense. Y bien, ¿qué hay de nuevo en Enero?

Si os digo la verdad, no mucho. Enero ha sido el mes más aburrido de mi experiencia desde que llegué, puesto que el mal tiempo me ha permitido hacer más bien poco. Aún así, algunas de las cosas que he hecho han sido: ir al Royal BC Museum y al iMax en Victoria (está bastante chulos, la verdad, especialmente el iMax, que es la pantalla más grande de British Columbia); comer sushi unas ¿mil? veces, en otras entradas creo haber mencionado que he descubierto el sushi aquí en Canadá, pero en las últimas semanas se ha convertido en mi comida favorita y necesito comerlo en una dosis semanal.

En enero,  el día 30, empezó el nuevo semestre, lo que conlleva nuevas asignaturas. Tras mil y un quebraderos de cabeza, conseguí hacer mi horario de modo que tengo las siguientes asignaturas: English 11, Socials 11, Leadership y P.E. Tengo menos asignaturas que el semestre pasado, pero va a ser un semestre mucho más de estudiar y hacer deberes así que toca ponerse las pilas.

Durante este mes he estado manteniendo mi propósito de Año Nuevo de perder peso (es la primera vez que lo hago de verdad) y he de decir que me va genial: ya he perdido 5 kg. en lo que va de año (¡yay!).

Otro acontecimiento que ha ocurrido durante este mes es la publicación de las listas de becados de la edición 2017-2018. Me hace muchísima ilusión poder ayudar a gente que se encuentra en la misma situación que yo me encontraba hace un año, así que si tenéis alguna pregunta, no dudéis en hablarme por alguna de mis redes sociales.

Para terminar, quería hacer una reflexión. Enero ha sido el quinto mes que he pasado en Canadá, lo cual significa que sólo quedan otros 5 meses para volver. Siento que el tiempo vuela y sé que por una parte es bueno, porque quiere decir que me lo estoy pasando genial; pero por otro lado, me da muchísima pena porque me doy cuenta de que esta experiencia es única, y que nunca volverá a repetirse; porque nunca volveré a tener 16 años al otro lado del océano.

Como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme! Siento muchísimo la tardanza para esta entrada, pero a veces las cosas son así y punto. Espero que os haya gustado, y nos vemos en la siguiente entrada.

¡Hasta pronto!

¿Cómo son los canadienses?

¡Hola gente! Hoy os traigo una entrada un tanto diferente a las que acostumbro a publicar en el blog. La verdad es que llevaba pensando en hacer una entrada de este tipo desde que llegué a Canadá, pero quería esperar unos meses para hablar de este tema con propiedad —quiero hacer muy claro que hablo desde mi experiencia propia; por lo tanto, es más que probable que otros becados tengan otros puntos de vista acorde a la parte de Canadá a la que vivan; y que por supuesto, esta entrada está basada en generalizaciones, ni toda la gente que he conocido es así; ni mucho menos, toda la gente del país—. Antes de leer esta entrada, os recomiendo que leáis la que escribieron mis compañeros Ignacio y Marta . Intentaré no repetir ningún aspecto nombrado en su entrada pero es inevitable que nos llame la atención el mismo tipo de cosas, así que no me lo tengáis en cuenta. Dicho esto, ¡cooooooomencemos!

Cuando oyes hablar de Canadá, oyes hablar de su gente, sus paisajes; pero sobre todo, su forma de hablar. Sí, sí, como lo oís; los canadienses, en su mayoría hablan inglés americano; aunque para ellos, el inglés canadiense y americano sea totalmente diferente —yo, sinceramente, la única diferencia que veo es el slang; pero a veces, ni eso—, menos en la provincia de Quebec, donde la mayor parte de la población habla francés, e incluso rechaza el inglés (ya hablaré de este tema más adelante).

Volviendo al tema, cuando se habla de la forma de hablar (válgame la redundancia) siempre, siempre salen a relucir las tres mismas palabras: «sorry», «eh», y el queridísimo «aboot». Según el 99,99% de gente de fuera de Canadá, estas 3 palabras son el pan de cada día del canadiense de a pie-. Y bien, ¿cómo de cierto es esto? Lamento deciros que no es cierto, del todo. Si bien es verdad que los canadienses dicen «sorry» todo el tiempo —cuando digo todo el tiempo, no exagero, dicen «sorry» hasta cuando alguien se choca con ellos por la calle; y lo peor, se me ha pegado a mí, y ahora lo utilizo al chocarme con mesas o sillas—, todavía no he escuchado a nadie decir «aboot»; de hecho, nada más lejos de la realidad, cuando les pides que digan «about» para hacer el chiste sueltan el «about» más digno de Oxford jamás visto. En cuanto al «eh», se usa prácticamente al final de cada frase para darle énfasis; y cuando no es «eh» es «huh» —creo que eso es una cosa que también se utiliza en Estados Unidos pero no estoy muy seguro—.

Cambiando de tema, Canadá, como ya sabréis, es un país bilingüe, y a sus habitantes les encaaaaaanta hacérselo saber a todo el mundo; pero bien ¿es ésto una realidad? Tristemente, no. En la provincia en la que yo vivo, la Columbia Británica, el porcentaje de canadienses que hablan francés es mínimo. El francés es una asignatura en los colegios, sí, pero como el que tiene un tío en Granada; que ni es tío ni es nada, para variar. Así que en definitiva, Canadá no se distancia tanto de España en lo que a bilingüismo se refiere.

Hablando de la relación Quebec-resto de Canadá me viene a la cabeza el patriotismo. Son muy patriotas. Muy, muy, muy patriotas. Para que os pongáis en situación: vivo en un pueblo de unas, aproximadamente, 3000 personas; pues bien, diría que 2 de cada 5 casas tienen al menos una bandera. Es increíble la importancia que le dan a haber nacido en una parte de terreno u otra. Sin embargo, pese a que suene chocante, para los canadienses, su país tiene las puertas totalmente abiertas para los extranjeros. Canadá goza de una diversidad cultural increíble: aborígenes, europeos, asiáticos… puedes encontrar gente de todas las razas y culturas, lo cual me encanta.

Dejando el patriotismo —cosa que no me parece mal—  a un lado, vamos a otra cosa que no me gusta demasiado; y es la falta de cultura general. Bien es sabido por todo el mundo que la gente en Estados Unidos, mucho sobre algo que no sean ellos mismos, no saben. Sin embargo, ¿es Canadá algo distinto? Meh, error. Si algo he notado desde mi llegada, es que la gente aquí, por lo general; ojo, hay gente que no eh, tiende a confundir el amor por la patria, con el egocentrismo en cierto modo, y me parece muy triste; especialmente cuando te sueltan más anchos que panchos «Wait, Spain and Mexico are not the same thing?» y se quedan la mar de a gusto. 

La comparación entre Estados Unidos y Canadá me hace pensar en otro tema: ¿es cierto que los canadienses odian a los americanos? Sí y no. La relación EEUU-Canadá me recuerda mucho a la relación España-Francia: ambos tratan de superar al otro durante todo el año pero cuando llega Eurovisión aquí no ha pasado nada (okno). Es cierto que los canadienses hablan de los americanos como catetos y maleducados; y que odian tener cualquier relación con ellos, por mínima que sea —estoy 100% de que si pudiesen mover Canadá a Europa, para allá que se iban—; sin embargo, más allá de eso, conviven como vecinos en paz y armonía.

Para terminar, quería hablar de otro tema clave en las conversaciones sobre Canadá: el frío. Espera, espera, Nacho. Si tú estás en la isla de Vancouver, ¿tú qué sabes de frío? Si bien es cierto que tengo suerte al vivir en «the warmest part of Canada», pensad que su «warmest part» es que hemos tenido nieve acumulándose durante un mes porque no se derretía. Pensad que teniendo sitios donde llegan a -40 de sensación térmica, sitios como éste, donde lo mínimo que hemos tenido este año ha sido -12 y fue muy puntual, son como Marina D’Or. Así que ya sabéis chicos, sí, en Canadá hace frío; pero no viven en iglús, de eso no os preocupéis, que todas las casa tienen su buena calefacción y su chimenea potentorra preparada para el más duro de los inviernos.

Y bueno, chicos, esto es todo por hoy. Espero que haya gustado la entrada, la verdad es que me apetecía hablar un poco de estos temas; sobre todo, para la gente que esté interesada en las becas. Como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

Año Nuevo, propósitos y mucha, mucha tranquilidad (+130).

¡Hola gente! Aquí vengo un día más para poneros al corriente de mis andanzas por tierras norteamericanas. Siento mucho que esta entrada venga con unos días de retraso pero, si os soy sincero, estos últimos días no encontraba la motivación-ganas, la verdad. De todos modos, ¡cooooooomencemos!

En Año Nuevo vinieron a casa unos amigos de la familia a cenar y tuvimos la típica cena norteamericana de pavo, puré de patatas, gravy… como en Thanksgiving, vaya. Amo tanto estas cenas que no sé qué voy a hacer sin ellas cuando vuelva a España. Ese mismo día empecé mi propósito de Año Nuevo: perder peso, y he de decir que estoy teniendo bastante éxito; porque hasta la fecha he perdido cerca de 7 libras —no tengo ni idea de cuántos kg. es eso pero podéis mirarlo en Google—.

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Al día siguiente era el último día antes de que se acabase el Christmas Break, y había salido el sol; así que mi familia y yo decidimos que teníamos que salir de casa sí o sí; así que recogimos a Lucilú y fuimos a Nanaimo a ver Star Wars en 3D. La película fue impresionante, me gustó muchísimo; y aunque no tuviese subtítulos como la última vez, me resultó bastante fácil de entender.

La primera semana de colegio fue bastante aburrida, no hubo mucho que resaltar, vi a mis amigos por primera vez desde que empezaron las vacaciones; pero sin más. Últimamente no ha parado de nevar, y las carreteras se convierten en una odisea, así que hemos tenido que quedarnos en casa casi todos los días; por suerte, parece que este fin de semana el mercurio rozará los 10 grados —en España me estaría quejando, aquí lloro a los dioses por semejante bendición— y la nieve se derretirá (¡aleluya!).

El sábado fui con mi familia a Duncan y me fui al gimnasio y luego a la piscina. La verdad es que, después de tanto tiempo sin ir al gimnasio, me sentó genial. Puede que empiece a hacerlo cada fin de semana.

El domingo nos lo pasamos en casa debido a un temporal de nieve. La verdad, es que estoy muy harto del tiempo, tengo unas ganas de primavera que no veas. Me pasé el día trabajando en mi proyecto final de psicología: enseñar a mi perro a dar la pata.

Y bueno, esto es todo por hoy chicos, como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

 

Nochebuena, Nochevieja y visita de Spanadians (+120).

¡Hola gente! Antes de todo, quería desearos a todos un feliz Año Nuevo lleno de felicidad y buenos momentos. 2016 fue un año para el recuerdo en mi vida: la beca, y todo lo que eso conlleva; acabar la ESO, cumplir dieciséis, etc. Lo único que deseo ahora mismo es que 2017 sea el doble, sino el triple, de bueno. ¿Queréis saber qué he hecho durante los últimos días del año? ¡No cambiéis de canal!

Empezamos donde lo dejamos la última vez: el viernes 22 y el sábado 23 no hicimos mucho, pues eran días de preparativos para Nochebuena, nos quedamos en casa y vimos algunas películas —me vi la saga de Los Juegos del Hambre en un día del aburrimiento, fijaos— o jugamos a juegos de mesa, pero no mucho más.

El día de Nochebuena fue bastante divertido. Vino a casa a cenar mi host-dad (no vive con nosotros), el novio de mi host-sister que me cae muy bien y un amigo de la familia. La cena, pues la imagináis, copiosa por no decir que parecía un banquete de bodas. Que si pavo-avestruz, que si puré patatas, que si gravy… una pechá, de verdad. Menos mal que aquí tienen buen saque, que si no, todo a la basura. Al final de la noche acabamos viendo Mamma Mia!, película que por supuesto no he visto nunca y detesto.

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No sé por qué la foto salió desenfocada, pero bueno…

Al día siguiente tocaba abrir los regalos con nuestros pijamas nuevos —se regalan pijamas nuevos todas las Nochebuenas para así poder estrenarlo al abrir los regalos—. Yo me levanté a las 8:30 y pensé que me había dado un madrugón que flipas. Sin embargo, cuando bajé y vi a toda mi familia que llevaba esperando desde las 6 casi me da un ataque al corazón. Las 6. DE LA MAÑANA. ESTA GENTE ESTÁ CHALADA TÍO.

He de decir que estoy muy contento con mis regalos, son cosas pequeñitas pero muchas, así que me da igual. Estaba un poco nervioso por ver si mis regalos les gustaban o no, pero cuando vi que les gustaron me quedé bastante aliviado. Ese mismo día nos fuimos a cenar a casa de una amiga de mi host-mom. Aquello sí que fue una verdadera cena de Navidad: éramos como 17 o así cenando en 3 mesas diferentes. ¿Y a que no sabéis qué? La cena era del estilo de la otra, sino más grande. De verdad, estos canadienses tienen un problema con los tamaños, o muy grande o muy pequeño; no tienen término medio.

Los siguientes día los pasé en casa porque nevaba demasiado para salir afuera, así que aproveché para ponerme al día con mi proyecto de Psychology —estoy entrenando a mi perro de aquí para que me dé la pata—.

El día 29, Lucilú y yo fuimos a Victoria para quedar con los Xian, Sandy, Juan y Neus —spanadians en Victoria—; Clara y Adela —spanadians de Edmonton que estaban pasando unos días en Victoria—. Estuvimos dando un paseo por los sitios más importantes de downtown: el Parlamento, Chinatown…todo muy tumblr. Después, acabamos en un local del centro donde tienen todo tipo de juegos de mesa y puedes jugar a los que quieras el tiempo que quieras por 5 dólares. Me encantó ver a gente que llevaba sin ver 4 meses pero me dio mucha pena despedirme 😦 Aún así, nos lo pasamos genial. Después, como mi familia no me podía recoger tan tarde, me volví a quedar a dormir en casa de Xian.

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Lucilú y yo en el Bay Centre esperando a los tardones estos.

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Fan Tan Alley, en Chinatown, es la calle más estrecha de Canadá y la tercera más estrecha del mundo. Aparte de eso, es tumblr que te cagas.

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Cuando tu crush pasa por tu lado y disimulas.

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Llevando a las guiris por la tienda de souvenirs.

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 El Parlamento por la noche es precioso.

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Al día siguiente, por la mañana, Xian y yo fuimos al cine a ver Fantastic Beasts and Where to Find Them aka la nueva de Harry Potter. He de decir que salí encantado del cine por:

  • 1. El precio.
  • 2. El sistema de subtítulos me pareció muy eficiente y encima era gratis.
  • 3. La película en sí me pareció de lo más entretenida.

En el camino de vuelta, yo me moría de hambre porque no había comido así que mi host-mom nos llevó a Lucilú y a mí a un restaurante de sushi en Duncan super bueno. Me acabé sintiendo mal porque cuando llegamos a casa estaba la hermana de mi host-mom preparando arroz con pollo a la «española» y tenía muy buena pinta pero estaba completamente lleno, así que no probé ni mijita. 

El día de fin de año fue especial. Tenía intención de tomarme a las uvas a la hora española —3 de la tarde aquí— y a la hora canadiense. ¿Qué pasó? Que por causas del destino o de yo-qué-sé-qué me perdí ambas y tuve que hacerlo con retraso, pero bueno, yo las uvas me las tomé. Espero empezar el año con buen pie.

Y bueno chicos, esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado la entrada, y como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

 

Spirit Week, Christmas Break y fiesta de españoles (+110).

¡Hola gente! Aquí llega de nuevo el pesado de Nacho para poneros al día sobre sus andanzas canadienses. Si quieres saber qué me ha ocurrido estos últimos diez días, no te muevas. There we goooooo!

Empezamos por el lunes 12 de Diciembre. Esa semana era la Spirit Week de mi colegio. Y bien, ¿qué narices es una Spirit Week?  os preguntaréis. La manera más sencilla de explicarlas es decir que son semanas de entretenimiento. Cada día tiene un tema distinto y todo el mundo viene vestido acorde a ese tema. Se entiende, ¿no? Bueno, el tema de ese día era Pajamas Day aka el día del pijama. Sí chicos, aquí venir al colegio en pijama está permitido. De hecho alguna gente, junto al pijama, se traen la manta y las zapatillas de estar por casa.

Ese mismo día, por la tarde, mi familia me recogió y nos fuimos a comer sushi en Duncan. Una de las cosas que he descubierto sobre mí mismo en Canadá es que el sushi es mi comida favorita.

Al día siguiente, el tema era Christmas Day así que fui al colegio con un gorro de Santa Claus, y tan bien. Ese día salí de clase antes porque los estudiantes internacionales teníamos una excursión de shopping a Victoria donde, aprovechando, quedé con Neus y Juan; y me hice con los regalos de Navidad para mi familia. Lo mejor fue que al llegar a casa ¡mi paquete de España me había llegado! Entre otras cosas, me mandaron jamón (un clásico), queso (mi bae) y polvorones. Nunca pensé que un polvorón me fuese a saber tan bien en la vida, en serio.

El miércoles era el Formal Day así que había que ir arreglados al instituto, lo que me pareció bastante curioso. Además, a la hora del lunch organizaron un banquete gratis muy variado. Por la tarde fui con mi familia a la piscina.

El jueves fue mi día favorito. Ese día la temática era Twin Day, que consiste en ir vestido del mismo modo que otra persona. Yo iba de twin con Meaghan, una amiga mía de aquí. Me pareció bastante divertido y original.

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Ese día apenas tuvimos clases ya que había un partido de baloncesto en mi instituto y todos fuimos a animar a las gradas. Algunos incluso hicimos pancartas para animar a nuestro jugador favorito.

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El viernes era el último día de clase antes del Christmas Break y la temática era Jersey Day. Además, las últimas horas había un torneo de broomball de todo el high school versus los profesores, con lo cual el día fue bastante ameno.

El fin de semana fue bastante tranquilo debido a la nieve. Sinceramente, no me gusta que tengamos que quedarnos en casa cada vez que nieva, pero bueno…

El lunes 19 no pasó nada extraordinario, aparte de porque fue la primera vez que vi un cougar (puma) en el vecindario. Por lo visto son muy peligrosos, llegando al punto de que te pueden comer si te ven como un peligro. De todo modos, ya parece que se ha ido de vuelta al bosque.

Al día siguiente, Lucilú y yo quedamos para grabar un vídeo de Youtube para su canal (Lucía Isidro Pérez). Los que nos conocen saben el cóctel molotov que hacemos los dos juntos así que os recomiendo que nos sigáis en Snapchat para que no os perdáis la próxima (luciaisidro12 y nachoserrano66). Sí, el spam siempre va en negrita.

Ayer, es decir, el miércoles 21; los españoles en la isla de Vancouver decidimos organizar una fiesta en la casa de BDG aka Blanca de Madrid, becada en Victoria. Fuimos unos 14 o así y nos lo pasamos genial. Entre otras cosas, tuvimos tiempo para hacer dos tortillas de patatas con sabor a judías verdes , un yo nunca con patatas fritas y cagarla alguna que otra vez jugando al Lobo (mención especial al cazador vidente).

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Disfrutad de nuestra foto en el sofá al más puro estilo «Los Serrano».

Como el distrito no deja que chicos y chicas durmamos en la misma casa, tuve que emprender la búsqueda de un sitio donde dormir. Al final, acabé encontrando la casa de Xian y nos lo pasamos genial también.

Y bueno chicos, esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado y no se os haya hecho muy larga la entrada. Como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

Ya está aquí, ya llegó… (+100).

¡Hola gente! Aquí estoy de nuevo para actualizaros en mi aventura por las tierras del señor Hortons. Y bien, ¿qué novedades os traigo? ¡Cooooooomencemos!

El viernes 2 de Diciembre los estudiantes internacionales de todo el distrito teníamos una cena en un restaurante de Duncan. Lo mejor de todo es que después de la cena nos dejaron dos horas para bailar. La fiesta hubiese sido un aburrimiento si no hubiésemos estado los españoles con nuestro reggaetón y la macarena. Resalto la macarena porque si en España la macarena es de esas canciones que ponen al final de las verbenas de los pueblos cuando todo el mundo va borracho y no quedan fuerzas, aquí es el temazo de las fiestas. Creedme, no exagero. Hasta los chinos se sabían el baile, de verdad.

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The party was lit! ft. Jimena.

A pesar de que me lo pase genial en la fiesta con los españoles, esa misma noche me tocaba decirle adiós a Dani (estudiante internacional de Chile que me ha acompañado durante estos 3 meses y que ha estado presente en alguna que otra entrada del blog). No os miento si os digo que fue unos de los momentos más duros de mi experiencia al otro lado del charco. Recorres medio mundo para sumergirte en una realidad en otro idioma, y cuando encuentras alguien con el que puedes desahogarte en tu propia lengua y hacer el tipo de bromas que harías con tus amigos de toda la vida; supongo que eso os une de por vida. En fin, toca mirar hacia arriba y seguir adelante.

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Al día siguiente, el sábado, fui con Néstor (un internacional español de mi instituto), Pedro (otro español) y Bejamin (un alemán) a cenar pizza. Después nos fuimos a ver un partido de hockey con unos amigos de aquí y a tomar algo a Tims.

El domingo, me desperté pronto y mi host-mum me dijo que me arreglase que nos íbamos a comprar caramelos a una tienda en Chemainus (el pueblo de Lucilú). Ya que estaba allí pues llamé a la muchacha, para hacerle compañía a la pobre.

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Le podían dar con un trapito o algo al cristal, para qué engañarnos. 

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Yo más feliz que una perdiz comprando chuches.

Cuando llegué a mi casa, mi host-mum y yo nos decidimos a hacer tortilla española por segunda vez, aunque esta vez cometimos un error muy tonto: se nos olvidó pre-cocinar las patatas, con lo cual estaban un poco crudas, pero bueno, qué se le va a hacer. La próxima vez nos sale una tortilla que ni Ferran Adrià.

Ese lunes era un PD Day, así que no había clase. Además, ese mismo día nevó, con lo cual salí un rato pero el resto del día me quedé en casa haciendo deberes y ayudando a mi madre con cosas del trabajo. He de decir que si el pueblo donde vivo es bonito en condiciones normales, con nieve es espectacular. Parece Narnia, en serio, lo único que falta es el fauno y una bruja loca.

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El resto de la semana apenas estuve en clase, al verdad. Me pasé casi todo el tiempo ayudando en el colegio de mi madre con el Christmas Concert, para Leadership. Una cosa que me encanta de Canadá es lo agradecido que es todo el mundo. Todo el mundo, y digo todo el mundo me felicito personalmente por todo lo que había ayudado. De hecho, hasta me llamaron al escenario al final de la obra para darme las gracias y regalarme una tarjeta regalo de Tims (¡ya van 3, yuhu!).

El viernes tuvimos un Snow Day debido a una tormenta de nieve. ¿Qué narices es un Snow Day? os preguntaréis. Veréis, aquí en Canadá, la nieve y el frío son el pan de cada día, y la gente está bastante acostumbrada a ello. O al menos eso pensaba yo antes de venir. En la zona en la que yo vivo, la isla de Vancouver, que nieve es raro no, lo siguiente. Ni siquiera ocurre todos los años, por lo que, a la mínima que caen cuatro copos de nieve cierran todo. De todos modos, esta nevada ha sido la más grande en nosécuantos años, así que la nieve sigue por todas las calles.

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Mi host-sister y yo construyendo mi primer muñeco de nieve, Albert.

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La nieve le sienta demasiado bien a Smokie.

El fin de semana lo tuvimos que pasar en casa porque, como ya os digo, no van a ningún lado a la mínima que nieva. Entre otras  cosas, me pasé la tarde del sábado haciendo galletas y decorando el árbol de navidad. Me encanta lo en serio que se toman aquí la Navidad, es tan de película…

Y bueno, esto es todo por hoy. Como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

 

 

Trece semanas (+90).

¡Hola gente! Aquí estoy de nuevo para poneros al día sobre mis andanzas en tierras norteamericanas; que por cierto, hoy se encuentran de cumpleaños porque sí chicos, ¡hoy hace tres meses desde que llegué a Canadá! Parece mentira pero no. Por un lado tengo la sensación de que llevo viviendo aquí toda la vida y se me hace raro pensar que he pasado 15 años en España sin cosas que aquí considero básicas. Sin embargo, por otro lado, recuerdo estar bajándome del avión en el aeropuerto de Victoria de manera tan clara y vívida que juraría que pasó ayer mismo. De todos modos, centrémonos en lo que nos interesa: qué he hecho con mi vida estos últimos 10 días. 

Comencemos por el principio: el 25 de Noviembre, viernes, Dani y yo fuimos con su host-family a ver el light-up (las luces de Navidad de toda la vida, vaya) de Duncan, y aprovechando que era Black Friday, pues hacer algunas comprillas. La verdad que me sorprendió lo en serio que se toman aquí la Navidad con mogollón de puestos donde «regalan» hot chocolate y treats. Y digo «regalan» porque no tienen precio pero se pagan «by donation»… En fin, ¡lo pasamos bastante bien!

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Al día siguiente, mi host-mum y yo fuimos a un concurso de talentos que se celebraba en Frances Kelsey, otro instituto de mi distrito; pero antes de todo eso, fuimos a cenar a un restaurante chino. Una cosa que me encantó es que aquí los restaurantes chinos tienen las típicas galletas de la fortuna. La mía decía «Some say faith is nowhere. Others say it is now here». Muy chulo todo.

El lunes después del colegio, fui a ayudar a la que fue mi última clase de español y como agradecimiento, ¡algunos alumnos me trajeron unos bombones! Me sentí bastante bien al saber que les había ayudado de verdad.

El martes, después de clase, Dani y yo fuimos a Duncan al Tim Hortons y a comprar al Dollarama regalos para su familia de Chile, ya que se vuelve el sábado.Cuando llegué a mi casa estuve ayudando a mi host-mum a cocinar Won Ton Soup, una sopa china que está riquísima.

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El miércoles, Dani y yo fuimos otra vez a Duncan, esta vez, a la piscina. Tras una larga jornada piscinera, nos acercamos al Wendy’s a cenar, que llevábamos con el gusanillo desde la primera semana. Si os soy sincero, me decepcionó muchísimo. Las hamburguesas son super pequeñas y caras. Si es que como el A&W no hay nada…

Hoy, jueves, después de clase, unas amigas y yo hemos ido a un local de sushi de aquí de Lake Cowichan, que yo nunca había probado el sushi antes. He de decir que… ¡me encanta! Si no fuese porque soy un desastre con los palillos y porque casi me trago todo el wasabi de golpe pensando que era aguacate, diría que es mi comida favorita. Después de ésto, hemos ido a Tim Hortons (¡qué raro!) a calentarnos un poquito, que ya refresca.

Otra cosa así a destacar de esta semana es que el sábado pasado nevó por primera vez. No sabéis la ilusión que me hizo levantarme y ver todo cubierto de blanco, en serio. Parecía un niño pequeño.

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Esta es una de las ramas de los árboles de la entrada de mi casa. Normalmente el rocío no se puede ver, pero aquel día estaba todo congelado.

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Como me levanté bastante tarde, casi toda la nieve ya se había derretido así que en vez de hacer un snowman, hice un snowkid.

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Con el frío y la nieve llega la Navidad, cuya decoración ya hemos puesto por toda la casa. Incluido el perro.

Bueno chicos, esto es todo por hoy, espero que os haya gustado la entrada. Como siempre os digo, ¡muchísimas gracias por leerme!

¡Hasta pronto!

P.D: A todos aquellos que hayáis estado haciendo los exámenes para la nueva edición de las becas estos días, os deseo muchísima suerte. Ya sabéis, los sueños se hacen realidad. Y si no, que me lo digan a mí. Un saludo.